Se acabaron las vacaciones en Filipinas
Los niños están a punto de volver al cole, los adultos han vuelto a su trabajo y todo ello tiene un impacto en mis hábitos. Desde la semana pasada coger el autobús para volver a casa se esta convirtiendo en un deporte de riesgo. Cada día hay más y más gente esperando para intentar atrapar la misma línea que yo. Afortunadamente de vez en cuando eso me llena la retina de imágenes difíciles de olvidar. Para muestra, la de ayer.
La parada de autobuses de Ayala es bastante larga, lo cual hace que la gente vaya avanzando conforme ve que el autobús que él espera llega lleno de gente. Normalmente paramos de avanzar cuando llegamos al principio de la estación, no porque no queramos avanzar más, sino porque hay un cruce enorme y pasar de allí supone casi un suicidio. Pero ayer, a pesar de que los vigilante de la estación nos empujaban “gentilmente” para indicarnos que no avanzáramos más se produjo una estampida, si, si. La gente vio llegar al autobús y como este se paraba en el semáforo justo antes del cruce y empezaron a correr hacia él, bloqueando el paso de todos los coches en el cruce y provocando alguna que otra risa de todos los que estábamos esperando.
Yo soy un pobre blanquito y no me pego por subir al autobús, es el único sitio donde los filipinos estresan, y esperé pacientemente al siguiente. Eso si, cuando este llego y tras un par de empujones de caderas metí mi culo dentro y para casa. Que tampoco es normal estar esperando una hora para coger un autobús cuando en periodo vacacional no pasaba de los 5 minutos.
Lo cual me lleva a la conclusión que me hace venir pronto al curro, si no quieres pelearte con mil millones de filipinos para coger un autobús, o lo haces antes de las seis o te esperas a después de las ocho, pero entre las seis y las ocho… Valor, suerte y algo de movimiento de caderas vas a necesitar.
La parada de autobuses de Ayala es bastante larga, lo cual hace que la gente vaya avanzando conforme ve que el autobús que él espera llega lleno de gente. Normalmente paramos de avanzar cuando llegamos al principio de la estación, no porque no queramos avanzar más, sino porque hay un cruce enorme y pasar de allí supone casi un suicidio. Pero ayer, a pesar de que los vigilante de la estación nos empujaban “gentilmente” para indicarnos que no avanzáramos más se produjo una estampida, si, si. La gente vio llegar al autobús y como este se paraba en el semáforo justo antes del cruce y empezaron a correr hacia él, bloqueando el paso de todos los coches en el cruce y provocando alguna que otra risa de todos los que estábamos esperando.
Yo soy un pobre blanquito y no me pego por subir al autobús, es el único sitio donde los filipinos estresan, y esperé pacientemente al siguiente. Eso si, cuando este llego y tras un par de empujones de caderas metí mi culo dentro y para casa. Que tampoco es normal estar esperando una hora para coger un autobús cuando en periodo vacacional no pasaba de los 5 minutos.
Lo cual me lleva a la conclusión que me hace venir pronto al curro, si no quieres pelearte con mil millones de filipinos para coger un autobús, o lo haces antes de las seis o te esperas a después de las ocho, pero entre las seis y las ocho… Valor, suerte y algo de movimiento de caderas vas a necesitar.
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