Comtinuación Japon (primera noche Osaka y destino a Nara)
Gajin numero uno empieza la aventura, las cámaras están cargadas, los dólares y los yenes preparados. Ya solo nos falta llegar y flipar un rato. Aunque supongo que esta noche será tan solo de adaptación. Acabo de descubrir para que sirven las cosas esas de hierro en los bordes de los asientos de los aviones, esas que salen hacia el pasillo, sirven para llegar a la zona del equipaje. Es la primera vez que lo dicen en un vuelo en el que voy. Debe ser porque son pequeños y pueden necesitarlo. Y dan las instrucciones en japonés. Como mola. Aun no hemos llegado y YA estoy to loco. Pensar en volver a contar en pesetas me mola. Ja je ji jo ju
La Nere esta loca, ha escrito un posible dialogo en el hotel, que luego, evidentemente, no hemos usado. Ahora en el restaurante esperamos ser servidos, Nos dieron la carta para extranjeros idiotas y a esperar. Es fácil el japonés, solo tienes que elegir la foto de lo que te mola y listo. Pena que en la carta no salgan las camareras. Mola Japón!!!
(Lorco)
Er guille es un desastre, pero menos mal que vengo yo y mi cursillo de dos horas de nipón. La cerveza aquí esta de puta madre, algo cara (350 a 500 yenes) pero vale la pena, ta de muerte. La musiquita es too chula. Jazzi.
Tamo ma muerto de hambre que el perro er quija pero somos unos bárbaros y no nos importa que se nos note… cuando traigan el papeo.
19.02.2007 Osaka-Nara
Osaka de día parece más fea que de noche hordas de gentes de luto por el fin de semana perdido se precipitan sobre las calles desiertas de la noche anterior. Es el lunes en Osaka Tennoji (Kitahama station) El rapid-express sobrevuela-atraviesa una conglomeración de pisos cuya altura es difícil de establecer que me recuerdan al título de una extraña fabula llamada “6 degrees of separation”. Definitivamente, el oasis de Vuitton, Chanel, Starbucks y hoteles de lujo esta bien protegido => Osaka fea.
Nara
Para nuestra sorpresa:
1. El desayuno del hotel de Osaka era de lujo y a voluntad :) lleno de cositas ricas y raras, como sopa de algas y sardina ahumada
2. El hotel esta encima de una boca de metro desde la cual se va al enganche con la línea para Nara.
3. Los bancos no abren hasta las nueve de la morning. Así que ya cambiaremos dólares en Nara.
4. Con nuestro japonés nos vamos entendiendo, de hecho Guillermo es el señor de las maquinas expendedoras. Y yo la tonta del pregunteo, ¡llegaremos lejos!
En el tren para Nara, No te piden el billete. Eso si, cuando entra o sale del vagón el revisor se inclina y saluda a los pasajeros y dice algo…. INCREIBLE. (Después de varios días creemos que dice algo así como “Gracias por viajar con nosotros, son ustedes cojonudos”)
Hablan, nos hablan todo el rato. Como si nosotros pudiéramos entenderlos. Como si este nuevo galimatías pudiera tener algún sentido. Es imposible. Tan solo GRACIAS y VUELVA DE NUEVO consiguen pasar a mis neuronas como algo inteligible. Aun así tengo dudas. De que sirve decirlo tantas y tantas veces. Seguro que es un rollo como el “ça va” francés, en el fondo se la suda. Eso si, no apartan la mirada. Cuando te miran es de verdad. Nada de apartar los ojos, aunque tú les mires. Ellos erre que erre. Te dan ganas de preguntarles si quieren algo. Pero claro, lo mismo saben mil de artes marciales y mejor no probar.
Miles de ciervos, bueno, quizás centenares. Nosotros hemos visto por lo menos 60 o 70 ósea que debe haber mas. Y todos están acostumbrados al turista (mucho local) y esperando que les des papeo. Y salir en las fotos…
Después de algún tiempo, mola ser transparente, las pruebas son:
Los de los folletos ni te intentan encasquetar un papelito publicitario.
La gente en la calle pasa por donde estas tu, como en ghost.
En los transportes públicos la peña prefiere sentarse apelotonada que cerca de nosotros!!
Esto ultimo añadido a que nos eviten en la calle, no nos pasa siempre, es normal que se defiendan de los bárbaros.
Ayer olvidamos el cuaderno de bitácora en el hotel, pero para no olvidarnos de nada..
Maccamera… por fin podremos compartir los dos discos duros externos.
Dotombori… Come bien, come déprisa. Son las once menos cuarto y nos regalan ocho bolitas de crema con cosas dentro. ¿Se creerá la peña que sacamos las fotos en un barrio de verdad? Y buena música.
Jamais… Los japoneses tienen muy buen gusto par la música en los bares. Los muebles son otra cosa. Es broma, este sitio es un café/bar disfrazado de kitsch con sofás Luis XVI y sillas de art deco. La camarera estudia flamenco, y sigue siendo otra japonesa guapa, y los sakes de muerte (uno de Okinawa y el otro de Kyoto) nos salen por 1900 yenes. Eso si, a las doce pal hotel con dos pedos cada uno, el del sake y una “religiosa de crema” buena que te cagas (que gentilmente nos ofrecen al salir del bar, esto de llegar a la hora de cerrar es todo un descubrimiento). Un par de “saketazos” pero con estilo.
Y hoy rumbo a Osaka castle y luego ya veremos. Ya de momento Guillermo intenta encontrar el camino, parece que ya lo tiene, ¡en marcha!
Osaka castle
Tras un desayuno nutritivo nos pillamos el metro con un bonobús “día sin coches” (bono a 600 yenes en lugar de 800, la maquina de los tikets nos recomienda incluso que compremos estos y no los bonos normales, son la ostia los japoneses) y Guillermo se hace el amo de las intersecciones y los cambios de línea. Al llegar atravesamos un simpático y pequeño bosque/parque, siguiendo los pasos de un señor nipón con un trípode al hombro que creíamos interesado en el famoso castillo de Osaka. Pues llegamos a lo alto de una muralla y decidimos seguirle a donde sea que vaya, el si que sabe. Primera imagen, una porcelana de tejados a dos aguas superpuestos con detalles dorados, demasiado brillante para ser nuevo, demasiado nueva para ser autentica y sin embargo precioso. La torre principal del castillo se aleja como una divinidad con mirada satisfecha y mientras se dice: “(se van a cagar) Me congratulo de que os guste mi humilde morada”, con una sonrisa de suficiencia condescendiente. El verde de los tejados se proyecta sobre el foso profundo y ancho que rodea el castillo, y sobre la vegetación que lo rodea a su vez. Aunque la fría mañana de febrero no esta para colores intensos el castillo nos depara otra sorpresa entre tanta belleza.
Habíamos olvidado a nuestro hombrecillo con su trípode, ¿Dónde anda? Pese a lo temprano de la estación, algunos cientos de almendros se habían adelantado y florecían para regocijo de toda una marea de silenciosos y pacientes jubilados (al menos no están en casa viendo la tele, aquí se les ve con nietos, haciendo deporte, con amigos, solos, echando un pitillo vestidos con traje de chaqueta y sentado sobre el césped….¡claro que algunos miles ven la tele y no hacen nada! Pero estos eran de foto)
Algunos, o la mayoría, muy bien equipados intentaban sacar la mejor imagen: rojo, rosa, blanco, algún amarillo… castillo si, no… solo cielo azul…
No se cuanto tiempo pasamos allí, recuerdo el olor (ahora que ando contando los minutos para tomar mi primer frenadol, me reconforta recordar los olores…) de los almendros, como dicen los gavachos, enivrant.
¿Llegaríamos a entrar al castillo? SI. Pero no tardamos demasiado, solo una visita cultural al museo que alberga la torre principal, cinco niveles que explican el principio y actual estado del castillo. Codiciado, defendido, atacado, restaurado, bombardeado…
Los tiempos cambian, ahora son hordas de colegiales (pollitos ordenados con gorras de colores) de jubilados, de gayin-mei…
Adaptado, visitado, fotografiado, los tiempos cambian.
Umeda – Yodobashi Camera
Para desintoxicarnos de tanta historia y seguir en el universo nipón mas actual, ¿Qué tal una visita guiada por las tiendas de electrónica y fotografía?
¡Bienvenidos a Yodobashi Camera! Escuchar en bucle este slogan en japonés con la melodía de “Al caer la noche a mi jefe se le ha pinchado una rueda” o “Napoleón tenia 1000 soldados”; este martirio ha sido recompensado con varios “tessssssorosssss” (leer con voz de Golum, por favor).
Un mando a distancia para el IPOD, del cual disfruto mientras escribo estas lineas, ¡muy practico!.
1400 yenes
Mega objetivo zoom 70-300 mm Apo 4,5-5.6 Sigma para Canon por un precio asequible. La de cosas que vamos a poder hacer con el. ¡¡o gracias a el!!
26700 yenes
Cámara Canon IXY 1000 (detalles los desconozco porque no me fije muy bien) El Guiller ha hecho ya uso de este discreto y rápido amiguito en la zona prohibida del metro. Y hablando del diablo, se ha cansado de hacer el sniper desde la ventana panorámica del 6 piso, de perseguir japonesitas de falda minúscula y piernas interminables, así que vamos a ver que hacemos mañana.
42000 yenes
(mañana Kyoto, tres días viendo templos)
(fotos en el álbum de Japón)
La Nere esta loca, ha escrito un posible dialogo en el hotel, que luego, evidentemente, no hemos usado. Ahora en el restaurante esperamos ser servidos, Nos dieron la carta para extranjeros idiotas y a esperar. Es fácil el japonés, solo tienes que elegir la foto de lo que te mola y listo. Pena que en la carta no salgan las camareras. Mola Japón!!!
(Lorco)
Er guille es un desastre, pero menos mal que vengo yo y mi cursillo de dos horas de nipón. La cerveza aquí esta de puta madre, algo cara (350 a 500 yenes) pero vale la pena, ta de muerte. La musiquita es too chula. Jazzi.
Tamo ma muerto de hambre que el perro er quija pero somos unos bárbaros y no nos importa que se nos note… cuando traigan el papeo.
19.02.2007 Osaka-Nara
Osaka de día parece más fea que de noche hordas de gentes de luto por el fin de semana perdido se precipitan sobre las calles desiertas de la noche anterior. Es el lunes en Osaka Tennoji (Kitahama station) El rapid-express sobrevuela-atraviesa una conglomeración de pisos cuya altura es difícil de establecer que me recuerdan al título de una extraña fabula llamada “6 degrees of separation”. Definitivamente, el oasis de Vuitton, Chanel, Starbucks y hoteles de lujo esta bien protegido => Osaka fea.
Nara
Para nuestra sorpresa:
1. El desayuno del hotel de Osaka era de lujo y a voluntad :) lleno de cositas ricas y raras, como sopa de algas y sardina ahumada
2. El hotel esta encima de una boca de metro desde la cual se va al enganche con la línea para Nara.
3. Los bancos no abren hasta las nueve de la morning. Así que ya cambiaremos dólares en Nara.
4. Con nuestro japonés nos vamos entendiendo, de hecho Guillermo es el señor de las maquinas expendedoras. Y yo la tonta del pregunteo, ¡llegaremos lejos!
En el tren para Nara, No te piden el billete. Eso si, cuando entra o sale del vagón el revisor se inclina y saluda a los pasajeros y dice algo…. INCREIBLE. (Después de varios días creemos que dice algo así como “Gracias por viajar con nosotros, son ustedes cojonudos”)
Hablan, nos hablan todo el rato. Como si nosotros pudiéramos entenderlos. Como si este nuevo galimatías pudiera tener algún sentido. Es imposible. Tan solo GRACIAS y VUELVA DE NUEVO consiguen pasar a mis neuronas como algo inteligible. Aun así tengo dudas. De que sirve decirlo tantas y tantas veces. Seguro que es un rollo como el “ça va” francés, en el fondo se la suda. Eso si, no apartan la mirada. Cuando te miran es de verdad. Nada de apartar los ojos, aunque tú les mires. Ellos erre que erre. Te dan ganas de preguntarles si quieren algo. Pero claro, lo mismo saben mil de artes marciales y mejor no probar.
Miles de ciervos, bueno, quizás centenares. Nosotros hemos visto por lo menos 60 o 70 ósea que debe haber mas. Y todos están acostumbrados al turista (mucho local) y esperando que les des papeo. Y salir en las fotos…
Después de algún tiempo, mola ser transparente, las pruebas son:
Los de los folletos ni te intentan encasquetar un papelito publicitario.
La gente en la calle pasa por donde estas tu, como en ghost.
En los transportes públicos la peña prefiere sentarse apelotonada que cerca de nosotros!!
Esto ultimo añadido a que nos eviten en la calle, no nos pasa siempre, es normal que se defiendan de los bárbaros.
Ayer olvidamos el cuaderno de bitácora en el hotel, pero para no olvidarnos de nada..
Maccamera… por fin podremos compartir los dos discos duros externos.
Dotombori… Come bien, come déprisa. Son las once menos cuarto y nos regalan ocho bolitas de crema con cosas dentro. ¿Se creerá la peña que sacamos las fotos en un barrio de verdad? Y buena música.
Jamais… Los japoneses tienen muy buen gusto par la música en los bares. Los muebles son otra cosa. Es broma, este sitio es un café/bar disfrazado de kitsch con sofás Luis XVI y sillas de art deco. La camarera estudia flamenco, y sigue siendo otra japonesa guapa, y los sakes de muerte (uno de Okinawa y el otro de Kyoto) nos salen por 1900 yenes. Eso si, a las doce pal hotel con dos pedos cada uno, el del sake y una “religiosa de crema” buena que te cagas (que gentilmente nos ofrecen al salir del bar, esto de llegar a la hora de cerrar es todo un descubrimiento). Un par de “saketazos” pero con estilo.
Y hoy rumbo a Osaka castle y luego ya veremos. Ya de momento Guillermo intenta encontrar el camino, parece que ya lo tiene, ¡en marcha!
Osaka castle
Tras un desayuno nutritivo nos pillamos el metro con un bonobús “día sin coches” (bono a 600 yenes en lugar de 800, la maquina de los tikets nos recomienda incluso que compremos estos y no los bonos normales, son la ostia los japoneses) y Guillermo se hace el amo de las intersecciones y los cambios de línea. Al llegar atravesamos un simpático y pequeño bosque/parque, siguiendo los pasos de un señor nipón con un trípode al hombro que creíamos interesado en el famoso castillo de Osaka. Pues llegamos a lo alto de una muralla y decidimos seguirle a donde sea que vaya, el si que sabe. Primera imagen, una porcelana de tejados a dos aguas superpuestos con detalles dorados, demasiado brillante para ser nuevo, demasiado nueva para ser autentica y sin embargo precioso. La torre principal del castillo se aleja como una divinidad con mirada satisfecha y mientras se dice: “(se van a cagar) Me congratulo de que os guste mi humilde morada”, con una sonrisa de suficiencia condescendiente. El verde de los tejados se proyecta sobre el foso profundo y ancho que rodea el castillo, y sobre la vegetación que lo rodea a su vez. Aunque la fría mañana de febrero no esta para colores intensos el castillo nos depara otra sorpresa entre tanta belleza.
Habíamos olvidado a nuestro hombrecillo con su trípode, ¿Dónde anda? Pese a lo temprano de la estación, algunos cientos de almendros se habían adelantado y florecían para regocijo de toda una marea de silenciosos y pacientes jubilados (al menos no están en casa viendo la tele, aquí se les ve con nietos, haciendo deporte, con amigos, solos, echando un pitillo vestidos con traje de chaqueta y sentado sobre el césped….¡claro que algunos miles ven la tele y no hacen nada! Pero estos eran de foto)
Algunos, o la mayoría, muy bien equipados intentaban sacar la mejor imagen: rojo, rosa, blanco, algún amarillo… castillo si, no… solo cielo azul…
No se cuanto tiempo pasamos allí, recuerdo el olor (ahora que ando contando los minutos para tomar mi primer frenadol, me reconforta recordar los olores…) de los almendros, como dicen los gavachos, enivrant.
¿Llegaríamos a entrar al castillo? SI. Pero no tardamos demasiado, solo una visita cultural al museo que alberga la torre principal, cinco niveles que explican el principio y actual estado del castillo. Codiciado, defendido, atacado, restaurado, bombardeado…
Los tiempos cambian, ahora son hordas de colegiales (pollitos ordenados con gorras de colores) de jubilados, de gayin-mei…
Adaptado, visitado, fotografiado, los tiempos cambian.
Umeda – Yodobashi Camera
Para desintoxicarnos de tanta historia y seguir en el universo nipón mas actual, ¿Qué tal una visita guiada por las tiendas de electrónica y fotografía?
¡Bienvenidos a Yodobashi Camera! Escuchar en bucle este slogan en japonés con la melodía de “Al caer la noche a mi jefe se le ha pinchado una rueda” o “Napoleón tenia 1000 soldados”; este martirio ha sido recompensado con varios “tessssssorosssss” (leer con voz de Golum, por favor).
Un mando a distancia para el IPOD, del cual disfruto mientras escribo estas lineas, ¡muy practico!.
1400 yenes
Mega objetivo zoom 70-300 mm Apo 4,5-5.6 Sigma para Canon por un precio asequible. La de cosas que vamos a poder hacer con el. ¡¡o gracias a el!!
26700 yenes
Cámara Canon IXY 1000 (detalles los desconozco porque no me fije muy bien) El Guiller ha hecho ya uso de este discreto y rápido amiguito en la zona prohibida del metro. Y hablando del diablo, se ha cansado de hacer el sniper desde la ventana panorámica del 6 piso, de perseguir japonesitas de falda minúscula y piernas interminables, así que vamos a ver que hacemos mañana.
42000 yenes
(mañana Kyoto, tres días viendo templos)
(fotos en el álbum de Japón)
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