Las alegrías de un fin de semana tranquilo, aunque tengo agujetas.

Ha sido un finde largo, no se porque, quizás por habernos quedado dormidos el viernes en la terraza viendo Roma (es la segunda vez q intentamos verla y la segunda vez que nos dormimos), quizás por haber ido el sábado a cenar con Olivier, Aureli y su hijo Malo que acaba de nacer, quizás por estar de pie el domingo a las 5.30 habiéndonos ido a la cama a las 1. No se, pero se me ha hecho mas largo de lo que suelen ser. Y además hemos tenido en frente de casa uno de los jeepneys mas chulos que he visto por esto lugares. Afortunadamente hemos podido fotografiarlo y todo, eso si, pidiendo autorización.
Creo que una de las fantasías de todo turista en este país es conducir una de esas maquinas, pero para que seáis cada día mas cultos veamos de donde vienen los JEEPNEYS.
A finales de la segunda guerra mundial los americanos salieron corriendo de Filipinas dejando buena parte de su material bélico detrás, entre ellos los jeep. Los Filipinos, pueblo de recursos, vieron que estos podían suplir la falta de transporte publico que se les presentaba y los remodelaron. Haciéndolos mas largos y añadiendo un techo para proteger del sol.
Los jeepneys actuales son producidos en Filipinas para el consumo interno. El problema es que el consumo de carburante de estos es equivalente al consumo de un autobús de 54 plazas con aire acondicionado, si pensamos que solo pueden llevar unos 15 pasajeros…
Por eso mismo algunas ciudades como Manila se plantean la desaparición de estos como medio de transporte.
Lo bueno, las líneas de bus no son monopolio de una sola compañía, cada jeepney suele tener un propietario diferente y aunque existan “compañías” con 12 o 13 jeepneys es un numero muy reducido comparado con la cantidad de jeepneys que circulan en una ruta. Eso produce una cantidad ingente de jeepneys, si no te gusta el color de el que pasa, espera, en menos de 3 minutos tendrás otro realizando la misma ruta.