Sin Smint no hay beso

O incauto de mí que pensé que ayer podría degustar un Smint después de comer. En ese pensamiento haya dos errores.

El primero y mas importante, dejar la caja abierta en la habitación.
El segundo no recordar que nada que este abierto escapa al ataque de las hormigas.

Pues las muy jodias de las hormigas han atacado cada una de las pastillitas, no se han conformado con morder una o dos, no, no, todas, las han mordido TODAS. Con lo cual mis ganas de un caramelo de menta después de comer se fueron casi tan rápido como llegaron. Una vez las hormigas han atacado dejan trazas de su veneno en lo que comen y no es muy recomendable intentar terminárselo.

PD.-Tengo fotos del suceso, pero con las prisas las he dejado en casa esta mañana.

Ataque 1, ataque 2, ataque 3