Nuestra Señora de la Encarnación y Navío Nuestra Señora de Covadonga
Nuestra Señora de la Encarnación
El 22 de diciembre de 1709 el pirata Woodes Rogers capturó en cabo San Lucas al galeón Nuestra Señora de la Encarnación que había zarpado de Cavite el 12 de julio de 1709 al mando de M. Juan Presbert junto al galeón Nuestra Señora de Begoña, separándose de éste a primeros de diciembre. El 4 de enero las dos fragatas de Rogers, Duke y Duches, atacan al galeón Begoña, armado con sólo 24 cañones. En un primer ataque son rechazados. Al día siguiente atacan al galeón durante toda la mañana, pero la defensa española obliga al inglés a desistir, entrando el Begoña en Acapulco con sólo ocho muertos y un número similar de heridos.
Navío Nuestra Señora de Covadonga
Se ordenó su construcción en Cavite junto a su gemelo Nuestra Señora del Pilar, siendo botado en 1730. Desplazaba 1.000 toneladas y medía 36 metros de eslora, 9 metros de manga y 5 metros de puntal. Armada con 50 cañones y tripulado por hasta 460 hombres.
En su primera travesía zarpa de Cavite el 8 de julio de 1731 al mando de D. Antonio González de Quijano y su maestre el capitán D. Manuel Recuero y Rivera, haciendo de nave almiranta el patache San Cristóbal, al mando de D. Juan Manuel de Barreda y su maestre D. Pablo Antonio de Aroza. Llegan a Acapulco a finales de enero de 1732. El 21 de marzo zarpan de Acapulco las dos embarcaciones y llegan a Manila cargados con 1.322.700 pesos.
Haciendo de nave capitana zarpa de Cavite el 26 de julio de 1733 al mando del general D. José Bermúdez de Sotomayor, siendo la almiranta de la flota el navío Nuestra Señora del Pilar. Cerca de las islas Marianas se separaron por una tormenta y el Covadonga llegó a Acapulco el 16 de febrero de 1734. El 9 de abril zarpan juntos y llegan a Manila en el mes de agosto de 1734.
En su siguiente viaje volvió a ser la nave capitana al mando del general D. Juan Francisco de Irizarri y Vizua y su maestre el capitán D. Nicolás de Argüelles, siendo la almiranta el navío Pilar. Zarparon el 31 de julio de 1736 y llegaron a su destino a finales de enero del año siguiente. Regresaron a Filipinas a mediados de 1737.
El siguiente viaje lo realizó en solitario al mando del general D. Jerónimo Montero. Zarpó el 17 de julio de 1740 y entró en Acapulco el 12 de enero de 1741, regresando a las islas Filipinas sin novedad. No ocurriría lo mismo en su siguiente viaje.
El 22 de julio de 1742 zarpa de Cavite al mando del general D. Luis Manso de Velasco y llega a Acapulco el 18 de febrero. Al mando del general D. Jerónimo Montero zarpa de Acapulco el 15 de abril de 1743 cargado con 1.313.843 pesos y 35.682 onzas de plata.
La mañana del 16 de junio, cuando se encontraba cerca del cabo de Espíritu Santo, el navío Covadonga es interceptado por el navío británico de 60 cañones Centurion, al mando de George Anson, que llevaba alrededor de un mes apostados en esas aguas a la espera del “Galeón de Manila”. El navío Covadonga no intentó huir y se dispuso a combatir, a pesar de ir armado con sólo 5 cañones de a 12 libras y 8 de a 6 libras. Al mediodía, el Centurion se cruzó en el rumbo del navío español para poder acercarse por detrás en la banda de babor y así evitar que huyera hacia la costa que se encontraba próxima, a unas treinta millas de distancia. A una media milla de distancia comenzó a disparar con sus cañones de proa, siendo respondido por los de popa del español, que se había puesto al pairo en espera del combate.
Grabado basado en un dibujo de Peircy Brett. Aparece en el libro Anson’s Voyage Round the World, de Richard Walter. La mayoría de las pinturas que se hicieron posteriormente se basaron en este grabado.
A la una del mediodía se situó en el costado de babor del Covadonga y comenzó a disparar con sus pesados cañones de la batería baja a una distancia de tiro de pistola, destrozando el casco, mientras treinta tiradores apostados en las cofas barrían la cubierta del navío español. Con más de sesenta muertos y sesenta heridos y su comandante llevado herido a la enfermería, el navío Covadonga se rinde tras noventa minutos de resistencia. En el navío británico sólo hubo tres muertos y quince heridos. Se puede observar en el grabado de Brett que el Covadonga es mucho mayor que el navío de Anson, algo que es totalmente incierto. Las crónicas británicas daban una tripulación española de 644 hombres, cuando la realidad es que iban a bordo 530 hombres, de los cuales sólo 266 eran tripulantes entre los que hay que incluir a sólo 43 soldados y unos excesivos 177 criados.
Varios prisioneros españoles pasaron al Centurion, mientras se hacían varias reparaciones de emergencia en el Covadonga, tardando una semana en pasar todo el tesoro al navío británico. Los prisioneros fueron hacinados en la bodega siendo apuntados por cuatro cañones giratorios apostados en las cuatro esquinas de la bodega, mientras la tripulación británica iba armada en todo momento. A pesar del calvario que soportaron ninguno de ellos murió.
Después de un mes de navegación llegaron a Macao con el Covadonga, teniendo que ser remolcado en buena parte de la travesía por el mal estado en que se encontraba. Tres días después entraron en Cantón, donde vendieron el casco del navío español a los portugueses por sólo 6.000 pesos. En el mes de diciembre de 1743 zarparon los británicos rumbo a Europa, llegando a Spithead en junio de 1744.
El 22 de diciembre de 1709 el pirata Woodes Rogers capturó en cabo San Lucas al galeón Nuestra Señora de la Encarnación que había zarpado de Cavite el 12 de julio de 1709 al mando de M. Juan Presbert junto al galeón Nuestra Señora de Begoña, separándose de éste a primeros de diciembre. El 4 de enero las dos fragatas de Rogers, Duke y Duches, atacan al galeón Begoña, armado con sólo 24 cañones. En un primer ataque son rechazados. Al día siguiente atacan al galeón durante toda la mañana, pero la defensa española obliga al inglés a desistir, entrando el Begoña en Acapulco con sólo ocho muertos y un número similar de heridos.
Navío Nuestra Señora de Covadonga
Se ordenó su construcción en Cavite junto a su gemelo Nuestra Señora del Pilar, siendo botado en 1730. Desplazaba 1.000 toneladas y medía 36 metros de eslora, 9 metros de manga y 5 metros de puntal. Armada con 50 cañones y tripulado por hasta 460 hombres.
En su primera travesía zarpa de Cavite el 8 de julio de 1731 al mando de D. Antonio González de Quijano y su maestre el capitán D. Manuel Recuero y Rivera, haciendo de nave almiranta el patache San Cristóbal, al mando de D. Juan Manuel de Barreda y su maestre D. Pablo Antonio de Aroza. Llegan a Acapulco a finales de enero de 1732. El 21 de marzo zarpan de Acapulco las dos embarcaciones y llegan a Manila cargados con 1.322.700 pesos.
Haciendo de nave capitana zarpa de Cavite el 26 de julio de 1733 al mando del general D. José Bermúdez de Sotomayor, siendo la almiranta de la flota el navío Nuestra Señora del Pilar. Cerca de las islas Marianas se separaron por una tormenta y el Covadonga llegó a Acapulco el 16 de febrero de 1734. El 9 de abril zarpan juntos y llegan a Manila en el mes de agosto de 1734.
En su siguiente viaje volvió a ser la nave capitana al mando del general D. Juan Francisco de Irizarri y Vizua y su maestre el capitán D. Nicolás de Argüelles, siendo la almiranta el navío Pilar. Zarparon el 31 de julio de 1736 y llegaron a su destino a finales de enero del año siguiente. Regresaron a Filipinas a mediados de 1737.
El siguiente viaje lo realizó en solitario al mando del general D. Jerónimo Montero. Zarpó el 17 de julio de 1740 y entró en Acapulco el 12 de enero de 1741, regresando a las islas Filipinas sin novedad. No ocurriría lo mismo en su siguiente viaje.
El 22 de julio de 1742 zarpa de Cavite al mando del general D. Luis Manso de Velasco y llega a Acapulco el 18 de febrero. Al mando del general D. Jerónimo Montero zarpa de Acapulco el 15 de abril de 1743 cargado con 1.313.843 pesos y 35.682 onzas de plata.
La mañana del 16 de junio, cuando se encontraba cerca del cabo de Espíritu Santo, el navío Covadonga es interceptado por el navío británico de 60 cañones Centurion, al mando de George Anson, que llevaba alrededor de un mes apostados en esas aguas a la espera del “Galeón de Manila”. El navío Covadonga no intentó huir y se dispuso a combatir, a pesar de ir armado con sólo 5 cañones de a 12 libras y 8 de a 6 libras. Al mediodía, el Centurion se cruzó en el rumbo del navío español para poder acercarse por detrás en la banda de babor y así evitar que huyera hacia la costa que se encontraba próxima, a unas treinta millas de distancia. A una media milla de distancia comenzó a disparar con sus cañones de proa, siendo respondido por los de popa del español, que se había puesto al pairo en espera del combate.
Grabado basado en un dibujo de Peircy Brett. Aparece en el libro Anson’s Voyage Round the World, de Richard Walter. La mayoría de las pinturas que se hicieron posteriormente se basaron en este grabado.
A la una del mediodía se situó en el costado de babor del Covadonga y comenzó a disparar con sus pesados cañones de la batería baja a una distancia de tiro de pistola, destrozando el casco, mientras treinta tiradores apostados en las cofas barrían la cubierta del navío español. Con más de sesenta muertos y sesenta heridos y su comandante llevado herido a la enfermería, el navío Covadonga se rinde tras noventa minutos de resistencia. En el navío británico sólo hubo tres muertos y quince heridos. Se puede observar en el grabado de Brett que el Covadonga es mucho mayor que el navío de Anson, algo que es totalmente incierto. Las crónicas británicas daban una tripulación española de 644 hombres, cuando la realidad es que iban a bordo 530 hombres, de los cuales sólo 266 eran tripulantes entre los que hay que incluir a sólo 43 soldados y unos excesivos 177 criados.
Varios prisioneros españoles pasaron al Centurion, mientras se hacían varias reparaciones de emergencia en el Covadonga, tardando una semana en pasar todo el tesoro al navío británico. Los prisioneros fueron hacinados en la bodega siendo apuntados por cuatro cañones giratorios apostados en las cuatro esquinas de la bodega, mientras la tripulación británica iba armada en todo momento. A pesar del calvario que soportaron ninguno de ellos murió.
Después de un mes de navegación llegaron a Macao con el Covadonga, teniendo que ser remolcado en buena parte de la travesía por el mal estado en que se encontraba. Tres días después entraron en Cantón, donde vendieron el casco del navío español a los portugueses por sólo 6.000 pesos. En el mes de diciembre de 1743 zarparon los británicos rumbo a Europa, llegando a Spithead en junio de 1744.
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