Diario de un desastre

Salimos cagando leches de Manila, pero atravesar Manila de una parte a otra es algo que no deseo a nadie sin experiencia en esperar en atascos y nos llevo más de una hora. Creímonos dichosos por haber hecho lo mas difícil y empezamos a correr por la autovía hacia Bagio, se suponía que solo nos esperaban unas 6 horas de coche, ya veréis que fueron mas.
Con nuestra furgo repleta de comida y buenas intenciones nos encaminamos pasito a pasito hacia la hora de comer, y había que encontrar un lugar, algo tranquilo, sin mucho revuelo, donde poder pillar algo de beber y quizás algo para acompañar nuestros manjares. Fue nuestra primera visita a un JollyBee. Cerca de San Fernando, muy cerca, lo cual nos permitió ver a algún que otro “penitente” (que se usa también en Tagalo, ¿de dónde vendrá?)
Y después de comer de nuevo a la furgo a zampar kilómetros a una velocidad media de 60 por hora. El tráfico era horrible y no conseguimos llegar a Bagio hasta casi las 23. Lo cual supone un viaje de 23 (hora llegada)-14 (hora salida) = 9 horas
Un factor de MAS 3 horas que se repetiría a lo largo de nuestra excursión hasta llegar a ser desesperante.
En Bagio, primer hotel, primera cucaracha gigante y primera impresión de la habilidad filipina para decir si, si, y luego hacer lo que ellos quieren. Un poco en el sentido de “me estas estresaaaaaaaaaaaaando” y es que los trópicos son tranquilos. (Si es que esta gente no es muy rápida y eficaz, eso si, sonrientes son la hostia de sonrientes, verdad Maricarmen??? En algunos momentos pensé que habían ido a comprar el antimosquitos a Manila de lo mucho que tardaban!!!)
Pero por la mañana pudimos visitar brevemente la ciudad (un parque que por lo visto esta diseñado a imagen y semejanza de un parque de Washington DC.... pues si chicos y chicas.. lo que hay que ver...) y de nuevo a la furgo, esta vez camino a Banaue, las terrazas de arroz nos esperaban y suponíamos un viaje de 6 a 8 horas, ¿imagináis cuanto tardamos?Mucha gente nos había hablado de esa carretera, dispone del punto más alto en la red de carreteras filipinas y de paisajes que deberían quitar el hipo. La primera parte fue correcta, carretera de dos carriles, asfaltada y con señales indicando los posibles peligros. Y decidimos parar a comer justo antes de llegar al cruce donde debíamos elegir entre el atajo o el camino normal.
Esta discusión genero todo un debate en la furgo y fuera de ella, varios habitantes del pueblo se ofrecieron a darnos consejo y participaron con su experiencia en nuestra decisión. Al final, a pesar de ser 4 horas mas largo, decidimos coger el buen camino, aquel que nos conduciría de forma más segura a Banaue. El otro parecía solo indicado para 4x4 y nuestra furgo tenia los bajos demasiado bajos como para intentarlo. (Nina, la de nuestro hotel en Banaue nos recomendaba el atajo, eso si, despacito despacito... je je je Si lo llegamos a coger!!!)Salimos camino a Bontoc pidiéndole a todo lo pedíble que el camino fuera realmente el correcto.
El asfalto fue desapareciendo progresivamente para dejar paso a una pista de tierra donde los autobuses elevados y los jeepneys eran los reyes. Nuestra velocidad media paso de 60 kilómetros a unos 20 y la maestría en esquivar agujeros en la carretera se mostró como parte importantísima en este viaje. Eso si, vistas de paisajes que no encontraremos en ningún otro lugar nos asaltaban a ambos lados de la carretera. Puentes construidos sobre planchas de madera nos hacían cruzar de un lado a otro de los barrancos. Todo iba bien hasta que justo pasando Bontoc el sol se cayo “como un coco” y la noche, lluvia y niebla se encargaron de hacer que nuestras 5 horas de coche se convirtieran en 8, y otra vez 3 mas…Afortunadamente todo quedo en un susto, grande, y pudimos llegar a Banaue. (Mas que un susto era la fatiga general, la falta de visibilidad y el miedo al vacío y a la niebla... no hubo sustos, solo una tensión que crecía y crecía...) La gente del Native Inn se lo curraron muchísimo, estuvieron todo el camino mandándonos mensajes para ver si íbamos bien y nos estaban esperando en el centro de la ciudad para llevarnos con ellos al hotel. Ahí fue donde vimos que nuestro huésped era un as al volante, si nosotros ya íbamos despacio el era la leche (en el pueblo de los que hablamos malamente diríamos que er payo conducía como el culo, sobretodo porque parecía que fuéramos para atrás), no pasamos de los 5 kilómetros por hora. Una maquina al volante, y eso que el si que tenia un 4x4 y no una furgo normal como nosotros.
El hotel, que decir, la primera impresión mala. La niebla nos impedía ver nada a mas de 2 metros con lo cual el hotel solo tenia de bonito que eran cabañas de madera y que en el interior la temperatura era estable de unos 23 graditos, ni frío ni calor. Eso si, a pesar de la lluvia ni había ni gota de agua en el interior, vivan las hojas de coco trenzadas y las pajas bien puestas para hacer tejados. Eso si que es material biodegradable y no el ladrillo del 6. (Yo he de decir que a mas de uno nos pareció er puto paraíso terrenal, todo en maderita, rodeado de frescor, el sonido del agua, la experiencia inolvidable de dormir en verdaderas cabañas de Ifugao y una promesa de vistas alucinantes al dia siguiente. Y pese a que al principio del día la cosa seguía algo nebulosa, mas adelante valio la pena, daban ganas de grabar en 360 grados para no perder detalle: increíble!!!!!! Y si no juzgad vosotros mismos)
Al día siguiente excursión programada para visitar las terrazas, con guía y jeepney, así descansaríamos de furgoneta. (Además se paraba hasta en los pinos para que hiciéramos el turista y sacáramos fotos. Momentos memorables atravesando las terrazas a pie a una temperatura más que agradable. Una vez mas a las imágenes me remito, era para silvar lo del "Puente sobre el río Kwai". A juzgar por lo que decía el fondo sur, el jeepney a carajo sacao era mas cómodo de soportar que la fragoneta a 20 por hora...) Y Eso si, previo paso por un cambio de hotel para la mitad de la excursión, aquella que no pudo resistir la carretera pasaría la noche en un hotel en la ciudad y no a 45 minutos de ella, siempre por caminos de mala muerte.
Pero no por ello íbamos a librarnos de nuestra pequeña historia con la furgo, no, no, el hecho de no cogerla ese día nos hizo dejar las luces encendidas y al llegar a dormir. Sorpresa, la batería esta descargada y todos a empujar a ver si podemos arrancarla… (Momento Little Miss Sunshine que todos esperábamos desde el principio del viaje, cierto????)
No hubo posibilidad por la noche, pero por la mañana la tiramos cuesta abajo y la jodida arranco. ¡¡¡¡Menos mal!!!! ( Para ser sincera con la peña, yo ya estaba un poco hasta la seta de tanto gafe y no me lo podía creer, pero ahí apareció nuestro salvador: Enrique, ese super pinoy que hablaba español por los codos y que nos salvo el culo!!!! Maraming salamat po!!!)
Dia siguiente de nuevo a la furgo, camino a Subic, nuestra tercera reserva de hotel, que esa misma mañana nos informa que no existe tal reserva, que no tienen constancia de nuestra existencia y que a ver como hacemos para encontrar algo teniendo en cuenta que todo esta lleno por la zona. Si será por suerte….. (Lleno no es la palabra, es que ni durmiendo en el suelo habríamos encontrao sitio!!!! Si es que cuando los pinoys salen de vacaciones todos juntos... es como los chinos saltando, se altera la orbita de la Tierra)
Llenos de esperanza y buen rollito nos vamos para la zona, total nadie espera hacer mas de 5 horas de furgo… Debería ser fácil llegar… 8 horas después llegamos a Subic, maldito factor 3!!
El hotel, bueno, algo (ALGO? ALGO? Pero vamos a ver, Guillermo de mi vida, si yo voy y digo que la carretera estuvo un poquillo chunga, se te salen los ojos, cierto????? Pues eso, que agotamos TODAS las posibilidades costeras de alojamiento y de hecho prácticamente nos dieron habitaciones que no existían!!! ) nos costo, pero conseguimos que una amable chica nos dejara dormir en unas habitaciones a medio pintar, solo por esa noche, y visitar las Islas Capones como previsto al día siguiente.
(Antes de seguir con la ultima parte de la aventura, podéis ir a mear o algo si lleváis leyendo sin interrupción. Hay tantos detalles que destacar en esta "nocte horribilis"... Empecemos por la inspección de hoteles, Eva y Nerea dirigen los comandos de búsqueda y captura. El resultado poco alentador nos anima a seguir buscando y a tentar suerte. Nuestra hada madrina disfrazada de aparcacoches desdentado subido en una minibici nos guía hacia la última posibilidad de ver el mar con la salida del sol... Y eso tiene un precio: 100 pesos filipinos!! Er payo todavía lo esta flipando!!!!! Pero claro, una hada madrina no es bastante para nosotros, pues al llegar a la majestuosa puerta del MEGA HOTEL DE LA MUERTE resulta "de" que no queda sitio ahí tampoco!!!!! Y empiezo a sentirme como la Maura "que he hecho yo..." Hablábamos de otra hada madrina: aquella noche agotamos el cupo, nos hicieron falta dos o tres!!!! Tras la decepción, GRAN decepción, lo que parecía una casa particular al lado del Megablablabla resulto ser un hotel en ciernes que aun no había terminao de preparar las habitaciones del piso de abajo y que por lo tento estaban algo sucias pero sobretodo DISPONIBLES!!!! Al problema de la comida, el hada del otro hotel, el chulo. Expedición a por cervezas, comidita e información. Perfecto! Y para probároslo, tenemos la tarjeta: www.puntadeiuan.com Sobre la visita a Capones, pececitos!!!!! siiiiiiii!!!!!! Sin comentarios, a mi con los pececitos me iba de sobra. Con eso y el brunch que nos hicimos en el mega hotel... lo que viniera después no importaba tanto.)
Ya tan solo nos quedaba volver a Manila, debería ser una horita y media de camino. 4 horas y media después estábamos en casa, por fin, todo el mundo preparando la maleta y copiando las fotos del viaje para poder mostrar a todo el mundo que a pesar de todo no fue tan malo, o si???
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