Descubriendo una nueva playa
Siempre nos habíamos quejado de que no había ninguna paya interesante cerca de Manila. Ninguna de esas famosas playas de arena blanca que mereciese la pena y no estuviese a más de cuatro horas de coche y dos de banka.
Tanto quejarnos tenia que tener una compensación. Este “puente” nos fuimos a una playa nueva.
En su búsqueda de un lugar para casarse Flo y Triksy descubrieron un lugar paradisíaco a menos de tres horas de Manila.
Playa Laiya, al parecer no mucha gente va aun allí, aunque cuando nosotros llegamos casi todos los hoteles estaban completos. Y nos toco hacer la ruta de la playa preguntando hasta q encontramos el NUESTRO. Un pelín caro, cierto es, pero con confort mas de lo habitual. Piscina, yacusi, cascadas de agua en la piscina, menú a voluntad… Y sobre todo agua CALIENTE en la ducha.
La playa es la más larga de arena blanca en la que hemos estado cerca de Manila, casi cinco kilómetros y todo lleno de palmeritas.
Parece ser que se ha salvado de la visita de extranjeros y casi todo el turismo que vimos era local. Lo cual transforma la manera en la que los hoteles disponen de la comida. En estos te dejan cocinar, traerte tú tu propia comida, hay incluso hoteles que no disponen de cocina, cada cual se trae su comida lo cual reduce considerablemente la factura a pagar.
Nosotros estuvimos en la zona tranquila de la playa. Tranquilo quiere decir que no había karaokes en cada “nipa hut” y el precio de las cervezas era de nuevo ridículo. Una San Miguel a 35 pesos, la caja de 3x 3 a doscientos pesos. Por desgracia pedimos un margarita por la moche y no os lo recomiendo, sabia un poco a mata ratas mezclado a partes iguales con lejía.
Lamentablemente para vosotros pasamos mucho tiempo con la cámara de fotos y eso siempre termina convirtiéndose en videos estúpidos y fotos. Doble lamentablemente no las podréis ver hasta mañana.
Google earth
Tanto quejarnos tenia que tener una compensación. Este “puente” nos fuimos a una playa nueva.
En su búsqueda de un lugar para casarse Flo y Triksy descubrieron un lugar paradisíaco a menos de tres horas de Manila.
Playa Laiya, al parecer no mucha gente va aun allí, aunque cuando nosotros llegamos casi todos los hoteles estaban completos. Y nos toco hacer la ruta de la playa preguntando hasta q encontramos el NUESTRO. Un pelín caro, cierto es, pero con confort mas de lo habitual. Piscina, yacusi, cascadas de agua en la piscina, menú a voluntad… Y sobre todo agua CALIENTE en la ducha.
La playa es la más larga de arena blanca en la que hemos estado cerca de Manila, casi cinco kilómetros y todo lleno de palmeritas.
Parece ser que se ha salvado de la visita de extranjeros y casi todo el turismo que vimos era local. Lo cual transforma la manera en la que los hoteles disponen de la comida. En estos te dejan cocinar, traerte tú tu propia comida, hay incluso hoteles que no disponen de cocina, cada cual se trae su comida lo cual reduce considerablemente la factura a pagar.
Nosotros estuvimos en la zona tranquila de la playa. Tranquilo quiere decir que no había karaokes en cada “nipa hut” y el precio de las cervezas era de nuevo ridículo. Una San Miguel a 35 pesos, la caja de 3x 3 a doscientos pesos. Por desgracia pedimos un margarita por la moche y no os lo recomiendo, sabia un poco a mata ratas mezclado a partes iguales con lejía.
Lamentablemente para vosotros pasamos mucho tiempo con la cámara de fotos y eso siempre termina convirtiéndose en videos estúpidos y fotos. Doble lamentablemente no las podréis ver hasta mañana.
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